Leí este sensacional cómic el pasado mes de junio. Supe de él por la sección de cultura del periódico, y desde el primer momento pensé que pintaba bien, asi que lo busqué por Internet i lo encargué a una libreria inglesa en la versión original. Y no me defraudó, al contrario. De hecho yo ya habia leído con interés algunas publicaciones de Bertrand Rusell, tengo algún libro suyo per casa, así que sólo por eso el cómic ya me llamaba la atención, pero como decia, superó con mucho mis expectativas.
El mérito de Logicomix es que consigue introducir al neófito en la comprensión de los grandes avances de la matemàtica del siglo XX de forma amena, a la vez que muestra el viaje vital de Russell, desde su más bien triste infancia, pasando por sus diversos amorios, las dos grandes guerras, su pacifismo militante que le valió pena de cárcel, hasta su vejez, en la que realiza que su búsqueda de la verdad absoluta no ha sido todo lo fructífera que deseaba.
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Además, en mi caso particular he de reconocer que en buena parte comparto la inquietud de Russell por descubrir dónde está la línia divisoria entre verdad y falsedad; no solo tiene implicaciones filosóficas y morales, sino también científicas y técnicas. Hay todavia múltiples debates abiertos en este sentido; ¿puede un autómata reconocer la verdad? ¿se puede automatizar la demostración de teoremas matemáticos (como la del Teorema de Pitágoras, a² + b² = c², en la figura)? cuáles son los límites de la inteligéncia artificial? el reconocimento de la verdad, ¿sólo puede hacerlo un ser consciente?
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