Introducción
El campo de
conocimiento conocido por “fundamentos de la matemática” tiene
como objetivo central el dilucidar cómo se establece que una
afirmación matemática es cierta o falsa. A nivel práctico, las
matemáticas enuncian afirmaciones denominadas teoremas, proposiciones y lemas que se han de
demostrar mediante un procedimiento lógico, partiendo de unas
premisas, y usando una cadena de razonamientos sin ambigüedades ni
falsedades “ocultas”. Hay diferentes corrientes de opinión
respecto a los detalles de este proceso, pero no nos equivoquemos
pensando que “solo son detalles”, ya que es sabido que “el
diablo se oculta en los detalles”. Veremos en efecto que en la
forma de llevar a la práctica el proceso de demostración matemática
se esconden dificultades que no han sido resueltas, y que se
relacionan con campos aparentemente lejanos como el de la
inteligencia artificial o el del origen de la vida. Para ello primero
pasaremos revista a las tendencias actuales, exponiéndolas primero y
mostrando sus carencias a continuación. Es en las carencias donde
hay terreno para investigar y avanzar.
Los
formalistas
Los
formalistas afirman que las matemáticas no son ni más ni menos que
un lenguaje preciso, con unas reglas de formación basadas en la
lógica. Presentan la matemática como un sistema formal basado en la
teoría de conjuntos.
Un sistema
formal consiste en un conjunto de enunciados de verdades matemáticas
(denominados axiomas), junto con unas reglas de formación de nuevos
enunciados ciertos, más las reglas de la lógica bivalente.
Los axiomas
son afirmaciones que no se deducen de otras por considerarse
evidentes, y sirven como punto de partida para demostrar otras
afirmaciones.
Por ejemplo,
consideremos el siguiente sistema formal que trabaja con los símbolos
0 y 1:
Axioma 1: 0 es válido
Axioma 2: 1 es válido
Regla 1: Si x es válido, entonces x1 también es válido (x =>
x1)
Regla 2: Si x111 es válido, entonces x0 también es válido (x111 =>
x0)
Utilizando
las reglas a partir de los axiomas podemos construir afirmaciones
ciertas en este sistema (teoremas). Por ejemplo:
Teorema: 001 es válido
Demostración: 0 => 01 => 011 => 0111 => 00 => 001
Hemos partido del axioma 1; en el último paso se ha aplicado la
regla 2, en los anteriores la regla 1.
En cambio
hay cadenas de 0 y 1 que no son teoremas de este sistema, como por
ejemplo las cadenas 10, 100, 1000, ... (¿puede ver el lector por
qué?). Obsérvese que este sistema formal no contiene operaciones
aritméticas, y ni siquiera contiene a todos los números binarios, y
por tanto no debemos identificar las cadenas de símbolos formadas
con números. Podríamos haber escogido como símbolos cualquier
otro, como por ejemplo “a” y “b”.
El atractivo
de la formalización es que proporciona un marco preciso de
establecimiento de verdades y falsedades; tan preciso es que incluso
nos podemos plantear la posibilidad de automatizarlo: podríamos
programar un ordenador para que a partir de los axiomas y reglas
fuera generando los teoremas automáticamente. Y también podría
comprobar si una afirmación es cierta o falsa, comparándola con los
teoremas que generaría: si coincide con alguno es cierta, en caso
contrario será falsa.
El
“Entscheidungsproblem”,
problema enunciado por David Hilbert, pregunta precisamente esto:
¿dado un sistema formal podremos siempre generar un programa para
comprobar si una afirmación es cierta o falsa en este sistema? En el
apartado “Crítica de las diferentes corrientes” veremos la
respuesta a esta pregunta.
Los
intuicionistas
Sostienen
que las matemáticas son una creación de la mente humana, y todos
los “objetos” matemáticos son objetos mentales. No hay una
relación real entre objetos matemáticos y la “verdad”, tal como pretenden los
formalistas. Algunas corrientes de opinión incluso niegan la
existencia de los “fundamentos de las matemáticas” tal como los
hemos definido, centrándose totalmente en la las matemáticas como
un trabajo práctico, despojándolo de cualquier filosofía o
metafísica.
Es por tanto una postura muy pragmática, que creo que se puede
comparar con la interpretación de Bohr (o de Copenhague) de la
mecánica cuántica, que renuncia a entender sus fundamentos,
contentándose con que los cálculos funcionen y se ajusten a la
realidad observada.
La gran ventaja de esta forma de encarar el tema
es que anula los problemas que nos encontramos en las otras
corrientes de opinión, y es normal que así sea, porque es la menos
ambiciosa de todas, renuncia expresamente a obtener un mayor
conocimiento de lo que realmente puede ser la matemática, y la
reduce a un instrumento, muy útil, muy potente, pero instrumento al
fin y al cabo.
Los
platónicos
Sostienen
que las verdades matemáticas son necesariamente existentes de forma
independiente de la mente humana, lo que hacen los matemáticos es
descubrir verdades que ya estaban ahí, independientemente de si hay
o no alguien para hacerlo.
Para
argumentar de forma simple esta postura consideremos la relación
existente entre el radio y la longitud de un círculo cualquiera en
un espacio euclídeo, el número “pi”: π.
Ya en la antigua Egipto se hicieron cálculos aproximados de su valor. Durante milenios el problema de la “cuadratura del círculo”, calcular exactamente el valor de π, quedó abierto, hasta que en el siglo XVIII Johann Heinrich Lambert demostró (los platónicos dirían que descubrió) que “pi” tenia infinitos decimales, es decir que era un número irracional. Posteriormente el número pi fue apareciendo en infinidad de campos que aparentemente no tienen relación entre sí. Por ejemplo, la probabilidad de que dos enteros positivos escogidos al azar sean primos entre sí es: 6/π². O bien, la serie infinita 1 – (1/3) + (1/5) – (1/7) + (1/9) – (1/11) + ... tiene por suma el valor π/4. También, la ley de Coulomb de la fuerza eléctrica entre dos cargas q, q' separadas por una distancia r en un es proporcional a qq' / (4πr²).
Ya en la antigua Egipto se hicieron cálculos aproximados de su valor. Durante milenios el problema de la “cuadratura del círculo”, calcular exactamente el valor de π, quedó abierto, hasta que en el siglo XVIII Johann Heinrich Lambert demostró (los platónicos dirían que descubrió) que “pi” tenia infinitos decimales, es decir que era un número irracional. Posteriormente el número pi fue apareciendo en infinidad de campos que aparentemente no tienen relación entre sí. Por ejemplo, la probabilidad de que dos enteros positivos escogidos al azar sean primos entre sí es: 6/π². O bien, la serie infinita 1 – (1/3) + (1/5) – (1/7) + (1/9) – (1/11) + ... tiene por suma el valor π/4. También, la ley de Coulomb de la fuerza eléctrica entre dos cargas q, q' separadas por una distancia r en un es proporcional a qq' / (4πr²).
El descubrimiento de la naturaleza de π y su posterior uso en múltiples campos parece indicar que es una constante universal que siempre ha estado ahí, y que la humanidad descubrió en su momento.
Crítica
de las diferentes corrientes
En el caso del formalismo, nos preguntamos ¿por qué debemos
utilizar unos axiomas y no otros de equivalentes? O bien, ¿cómo
podemos estar seguros de la supuesta certeza de los axiomas? También
podemos dudar de la lógica: ¿por qué debemos emplear las reglas
lógicas clásicas, y no otras más modernas?
Por otra parte con los teoremas de Gödel quedó claro que la
noción de la verdad matemática no puede reducirse a un sistema
puramente formal, ya que ningún sistema lo suficientemente potente y
consistente que sea recursivo (esto es necesario para axiomatizar la
teoría elemental de la aritmética en el conjunto infinito de
números naturales) podrá evitar tener declaraciones no
demostrables por el sistema.
Como
respuesta a este problema en las denominadas “matemáticas
inversas”, se establece un sistema formal provisional ampliable
con más axiomas, de forma que para cada teorema que se puede afirmar
en el sistema base pero no es demostrable, el objetivo es determinar
el sistema axiomático particular (más fuerte que el sistema de
base) que es capaz de demostrar el teorema. En “Gödel, Escher,Bach”, cap. 15e, de Douglas Hofstadter se habla de este
procedimiento en términos no técnicos (aunque tampoco sean triviales de entender).
Respecto a la
relación existente entre sistemas formales y programación de
ordenadores, hay una muy interesante línea de investigación a
seguir, que nos lleva desde las máquinas de Turing, pasando
por la teoría de la computabilidad, hasta la inteligencia
artificial, sus posibles limitaciones y las posibles diferencias
entre razonamiento humano y automático: en efecto, hay quien
sostiene que los teoremas de Gödel, entre otros razonamientos,
muestran la línea divisoria entre mente y máquina, mientras que
otros pensadores sostienen que esa línea solo existe por motivos
tecnológicos, de forma que en algún momento se podrá crear
inteligencia artificial con las mismas propiedades que la humana. En
la primera postura tenemos por ejemplo al físico matemático Roger
Penrose (ver por ejemplo “La nueva mente del emperador”) y en la
segunda al propio Hofstadter. Muy recomendable en este sentido el
artículo “Gödel y Turing” del blog El Topo Lógico. En relación
a los límites de la inteligencia artificial también hay artículos
en este blog.
El enfoque
platónico es difícilmente demostrable, ja que tiene un
componente metafísico importante, al “elevar” a verdades
universales los objetos matemáticos. Así como el formalismo muestra
errores de concepto que nos han abierto nuevas líneas de
investigación, el considerar el origen de la verdad matemática como
inalcanzable, por tener una existencia propia, deja a mi entender al
enfoque platónico más cerrado y más estéril en el sentido de
producir ideas nuevas. Lo cual no quiere decir que sea falso ni
cierto, quien sabe. Exponentes célebres de este enfoque son el
propio Kurt Gödel y Roger Penrose.
En el otro
extremo el intuicionismo al renunciar al estudio de los
fundamentos de las matemáticas por considerarlo poco práctico cae
en mi opinión en el mismo problema que el platonismo, privándonos
de nuevas teorías que sí ha producido y sigue produciendo el
formalismo.
Conclusión
Vemos pues que
no hay respuesta a día de hoy a la pregunta original, ¿cómo se
establece que una afirmación matemática es cierta o falsa? Podemos
decir que los fundamentos de la matemática... ¡siguen aún sin
fundamentos!
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