La intuición
nos dice que las cosas reales existen en el espacio y en el tiempo.
La Física, hasta Newton, estuvo de acuerdo con esa intuición, y
también la Filosofía, con Kant, pero a partir de ahí se empieza a
analizar el concepto en sí de espacio y tiempo, aumentando el número
de dimensiones de tres a cuatro (espacio de Minkowski) y más dimensiones en
otras teorías físicas, cuestionando la continuidad tanto del
espacio como del tiempo y discutiendo si son finitos o infinitos. En este artículo describimos el cambio de paradigma.
Espacio y tiempo
clásicos
El dios romano Jano, con
una cara mirando al pasado y la otra al futuro, simboliza la idea
clásica que todavía actualmente tenemos del tiempo, una sucesión
continua e infinita de acontecimientos. No obstante, a poco que
miremos con detenimiento ese concepto, empieza a mostrar
incoherencias. ¿Qué es el presente? ¿Cuanto dura? ¿1 segundo
quizás? De hecho el presente es la línea de separación entre el
pasado y el futuro, y como línea no tiene extensión. Pero ahí hay
una paradoja, pues el pasado ya no existe, el futuro tampoco todavía,
y el presente es una linea divisoria sin extensión, o sea una
construcción mental sin existencia real; por tanto, ¡nada existe!.
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Parménides imaginaba el
espacio como una eterna y omnipresente esfera en quietud absoluta en
cuyo seno se contiene toda la materia. Siendo esta concepción
parecida a la de Dios (eterno, omnipresente) han habido opiniones que
los ha relacionado directamente, como por ejemplo Henry More. Además,
se supone que los objetos y el espacio son conceptos independientes:
los objetos ocupan espacio ya que es una de sus propiedades (volumen,
pero también forma, masa, dureza, posición, etc.). Si movemos el
objeto, el espacio que ocupaba sigue estando ahí, independiente.
Primera revisión del
concepto clásico
En la Física clásica se
trabaja con sistemas de coordenadas cartesianas, de forma que toda
ley se enuncia usando un sistema de referencia espacial. En este
marco, el espacio se define como diferencias de coordenadas, bien sea
entre dos objetos o entre puntos de un objeto. El valor numérico de
estas diferencias depende del sistema de referencia. El espacio
ocupado por un objeto ya no se considera como una propiedad
intrínseca del objeto sino como una descripción asociada al sistema
de referencia escogido.
Espacio y tiempo
mentales: fragmentación de conceptos
El
concepto habitual de espacio nos viene dado por diversas experiencias
sensoriales:
- Las cosas reales, tangibles, “están ahí”
- Los objetos tienen posiciones relativas entre sí, separadas por un espacio
- Los objetos tienen un tamaño, y por tanto ocupan un espacio
- Además, cuando vemos un paisaje extenso, o miramos al firmamento, experimentamos una sensación de espacio ilimitado
De
forma muy similar experimentamos el tiempo sensorialmente, de forma
que podemos trazar un paralelismo entre objetos e intervalos de
tiempo:
- La presencia de un suceso cualquiera, equivale al “estar ahí” de los objetos
- El paso del tiempo entre dos sucesos viene a equivaler a el espacio que separa dos objetos
- El tiempo que dura un suceso está relacionado con el tamaño de un objeto
- Recordar un suceso pasado hace tiempo, o pensar en la eternidad se relaciona con el espacio extenso.
De hecho la mente tiene tendencia a interpretar los datos sensoriales en términos de objetos ordenados en el tiempo y situados en el espacio; éste último solo sirve de soporte, por así decirlo, lo relevante es siempre el objeto por delante del espacio. Discutí este comportamiento mental en un artículo anterior en este mismo blog.
Midiendo el espacio...se complica el modelo
Para medir las dimensiones
de un cuerpo usamos simplemente una regla graduada; en casos más
complicados usamos más tecnología: ultrasonidos para medir
profundidades, luz láser para mediar exactamente la distancia a la
Luna, etc. Todos estos métodos se basan en la existencia de una
unidad ideal de longitud, el metro, respecto al cual se realizan las
mediciones.
Pero he aquí que llegan
los matemáticos con sus exactitudes y se plantean que las medidas
anteriores se supone que se hacen siempre con la distancia más corta
posible, pero ¿podemos estar seguros de que realmente lo estamos
haciendo bien? Quizá confundamos la distancia a lo largo de
nuestra linea de visión con la más corta posible. ¿Seran equivalentes? Lo más exacto será
hacer mediciones entre dos puntos A y B según todos los caminos
posibles, y definir la distancia entre A y B como la menor de todas
las obtenidas.
Distintas
trayectorias planas entre dos objetos A, B; la más corta define la
distancia d(A,B)
Fijémonos en que la
medición se hace comparando con un objeto de longitud conocida que
hace de patrón de medida, una regla graduada por ejemplo. ¿Que
pasará si la regla cambiase de tamaño según la dirección en que
sea tendida? Por ejemplo en la trayectoria quebrada superior de la
figura la regla podría alargarse, resultando una medida inferior a
la obtenida en las trayectorias rectas. ¿Nos parece poco creíble
esta posibilidad? Pensemos que la única superficie bidimensional en
la que las propiedades geométricas son fijas cuando nos movemos por
él es el plano. Sobre una superficie irregular las distancias
variaran según las direcciones. Y si consideramos superficies
tridimensionales tendremos la misma situación.
Para sistematizar las
mediciones se introduce un sistema de referencia formado por tres
direcciones llamadas ejes de coordenadas, y realizamos las mediciones
a lo largo de cada eje, obteniendo las medidas Δy, Δz.Entonces en geometría
Euclídea la distancia se define como
El porque se define así
está directamente relacionado con una concepción particular del
espacio, que se supone “plano” (isótropo e homogéneo, más
exactamente).
Métricas del espacio
En dos dimensiones la
distancia entre los puntos A y B en coordenadas cartesianas coincide
con el teorema de Pitágoras
ds² = dx² + dy²
Si
los ejes de referencia son rectilíneos pero se cortan en un ángulo cualquiera
(coordenadas oblícuas) entonces la distancia será
ds² = Adu² + Bdv² + Cdu·dv
donde
du, dv son los intervalos de coordenadas y A, B, C valores reales. Si las coordenadas son
sobre una superficie esférica tendríamos otra expresión, etc. La
expresión general para la distancia viene dada por fórmula de
Gauss:
ds² =g11 dx² + g12 dxdy + g21 dydx
+ g22 dy²
Las
cuatro cantidades g vienen determinadas por la geometría de la
superficie y de las coordenadas, y en conjunto se denominan métricadel espacio. En tres dimensiones tenemos 9 cantidades g, y cada
conjunto de valores determinan una geometría del espacio. Se suelen
representar matricialmente, por ejemplo la geometría euclídea se
representa por:
- 100010001
En
matemáticas podemos definir geometrías simplemente modificando los
valores g, y estudiando después las propiedades resultantes; en
Física procedemos al revés: los postulados, las leyes físicas y
las observaciones empíricas nos imponen las métricas adecuadas.
Métrica relativista
Cuando se descubrió que la longitud de un cuerpo depende de la
velocidad del observador, y que también las mediciones de tiempo
quedan afectadas por el movimiento, quedó claro que tenian que
revisarse los conceptos de espacio y tiempo; concretamente, la
métrica ha de tener los coeficientes g variables según la velocidad
del observador, es una geometría variable, que es diferente para
cada observador según su velocidad relativa. Además, como el tiempo
también depende de la velocidad, se incorpora en la métrica del
espacio, que pasa a ser un espacio-tiempo de cuatro dimensiones.
Esta
variabilidad de la geometría respecto al observador parece en primer
término demasiado compleja; Minkowski observó en ella una
importante propiedad: la cantidad ds² – c²dt², donde c es la
velocidad de la luz, es invariante, su valor es el mismo para
cualquier observador. De alguna manera, esta cantidad se comporta
como la distancia en el espacio euclídeo, que es la misma para todos
los observadores. Así pues podemos llamar a dS² = ds² – c²dt²
la “distancia” en el espacio-tiempo. No debemos caer en el error
de considerarla como un “invento matemático”, pues es real; es
cierto que es una construcción, como la era también la distancia
euclídea, pero se relaciona con el comportamiento observado de la
naturaleza.
Espacio relacional y
teoría de grupos
Ya hemos visto que la
ciencia ha necesitado y empleado conceptos de espacio muy alejados de
la simple visión intuitiva que usamos normalmente, y lo hemos
explicado basándonos en las mediciones y las métricas. Imaginemos
un cuerpo rígido que trasladamos y giramos de todas la formas
posibles. Resulta ser que los infinitos movimientos posibles se
pueden reducir a un conjunto finito y a combinaciones entre ellos; en
matemáticas a un conjunto como éste con sus operaciones de
combinación se le denomina un grupo. Además, resulta que el grupo
de movimientos identifica a las propiedades del espacio tan bien como
su métrica, siendo una forma alternativa de estudiarlo.
Fijémonos en el detalle: podemos definir el espacio como un grupo de operaciones sobre cuerpos; o sea que el espacio no es independiente de los cuerpos que contiene, al contrario queda definido por ellos.
Fijémonos en el detalle: podemos definir el espacio como un grupo de operaciones sobre cuerpos; o sea que el espacio no es independiente de los cuerpos que contiene, al contrario queda definido por ellos.
En un próximo artículo hablaremos de la simetría, la continuidad y la infinitud del espacio-tiempo.
Fuentes: La naturaleza de la realidad física. Henry Margenau.
Y a un paso de esto están las nuevas teorías del ciberespacio y la realidad simulada:
ResponderEliminarEl ciberespacio o el ciberinfinito[1] es una realidad simulada que se encuentra implementada dentro de los ordenadores y de las redes digitales de todo el mundo. 'Este es un tema recurrente en la ciencia ficción.
La realidad simulada es la proposición que sugiere que la realidad podría ser una simulación, quizás por ordenador, a un grado indistinguible de la "verdadera" realidad. Contendría mentes conscientes que podrían saber o no que están viviendo dentro de una simulación. En su versión más fuerte, la "hipótesis de simulación" afirma que es posible, e incluso probable, que estemos viviendo en realidad en dicha simulación.