La verdad absoluta no está disponible
De la percepción a la (posible) adquisición de conocimiento |
Otro artículo en esta línia es Limitaciones de la toma de decisiones racionales
en el que primero se establece qué se entiende por "racional", como se
aplica el raciocinio al conocimiento y a las decisiones, para luego
explorar las limitaciones de las decisiones racionales para producir
conclusiones ciertas, con ejemplos simples que muestran situaciones
indecidibles racionalmente, con implicaciones sociales importantes por
ejemplo para la rama de la economia racional.
El otro artículo relacionado es Solución altruista para los conflictos grupales, pareja, família, laboral, política..., que propone la actitud inegoísta, no centrada en salir ganando el máximo personalmente o en imponer criterios propios, para tomar decisiones grupales.
En este artículo siguiendo la línia de los mencionados recuperamos la idea del diálogo socrático como medio de discusión encaminada a encontrar verdades lo menos relativas posibles, en contraposición a las discusiones cerradas en torno a posiciones y opiniones personales pero desde una perspectiva distinta.
Discusiones cerradas bajo presión
En la fecha actual de este artículo és notícia la tramitación de la Ley que popularmente se ha llamado “solo sí es sí”, oficialmente "Ley Orgánica de Garantías de la Libertad Sexual". Una ley polémica presentada por el partido Podemos que no ha generado consenso entre los grupos de poder: los jueces del CGPJ advierten que choca con la Constitución afectando al derecho a la presunción de inocencia, el PSOE propuso una enmienda que buscaba incluir la abolición de la prostitución, pero tuvieron que retirarla al ver que podría terminar provocando un cisma en el Gobierno de coalición con Podemos; la ley se aprovó con el 59% de votos del Congreso a favor. Es notable el hecho de que los enfrentamientos entre los socios de gobierno PSOE y Podemos por esta ley fueron entre sus representantes del movimiento feminista con fuertes discrepancias iedológicas entre ellos.
El nivel de "argumentación" que se mostró en la tramitación está bien lejos de ser un ejemplo de diálogo encaminado a encontrar propuestas razonablemente acordes con los diferentes grupos implicados, en realidad fue al contrario, la descalificación insultante del que no estaba de acuerdo fue habitual, algun ejemplo: el anteproyecto fue descrito por el poder judicial de "chapuza jurídica", que fue replicado con un contundente "en las excusas técnicas creo que hay mucho machista frustrado" por parte de Podemos o también por "parece que cuando se plantea un avance en los derechos de las mujeres
haya quien esté deseando que venga un machote a decir: "Déjame, que yo
te explico cómo hay que hacer las cosas". Ese fue el nivel de "debate".
La ley acabó aprobándose por pura presión política (necesidad de salvar el gobierno de coalición y por pactos de partidos) no por un consenso ámplio, deseable.
Razonamiento ámplio, amable
¿Se podria haber hecho mejor? ¿Mejor en el sentido de mayor consenso, menor presión y cero enfrentamientos verbales descalificatorios? Desde luego que sí, aunque en política de partidos es pedir demasiado pues la oposición se basa en poner presión al gobierno no en ponerle la cosas fáciles. Pero por lo menos se podia haber consensuado bien entre los socios de gobierno y sobre todo con el poder judicial que es el responsable de poner en práctica la teoria enunciada en la nueva ley. Falta una cultura del razonamiento amable con otros puntos de vista. Las personas, 2400 años después de Sócrates, todavia acostumbramos a cerrarnos en banda a nuestras posiciones ideológicas sin escuchar de verdad otras visiones de la realidad.
¿Razonamiento socrático o razonamiento falaz?
Viene al caso hacer un breve recordatorio del método socrático de esclarecer nuestras opiniones para que sean más sólidas y al mismo tiempo ámplias. Propone analizar las suposiciones que todos tenemos estableciendo un auto-interrogatorio, buscando si tenemos pruebas objetivas o bien si son totalmente suposiciones subjetivas. También a intentar ver nuevas perspectivas sobre el tema. Hacer esto antes de un debate con quien no opinará lo mismo que nosotros nos llevará a estar más abiertos a escuchar y comprender, sobre todo si los demás participantes hacen lo mismo. El mètodo diametralmente opuesto es usar la falácia para desacreditar la opinión contraria, seria el caso de acusar de "machismo" a los jueces que presentaron un hecho objectivo como es la vulneración del principio jurídico de inocencia, esa es concretamente la falacia ad-hominem que consiste en el ataque personal a quien discrepa, no atacar el argumento que da sino a la persona directamente. Así como el método socrático busca la verdad de los argumentos, la falacia busca ocultar la verdad con falsedades que pueden parecer verdades, pues eso son las falacias.
Desconocimiento disfrazado de conocimiento absoluto
El problema de fondo es el que se ha tratado en los otros artículos de esta serie: que las bases de todo el razonamiento no estan claras, no hay un conocimiento exacto de lo que se está debatiendo, sólo imágenes parciales que cada grupo de presión defiende como si fueran verdades absolutas sin ninguna intención de rectificar su postura acogiendo ni que fuera parcialmente a las otras. Pues acoger es atender, escuchar, comprender motivos del otro; y consensuar es en parte ceder, cuando cada parte actua así es cuando hay diálogo real y puede haber un consenso. Esta forma de razonar, que deberia ser la habitual en todo ciudadadano con la educación obligatoria cursada, ¡es casi inexistente al nivel de los grupos de poder político y judicial!
Dos ejemplos sobre la ley
Pongamos por ejemplo el punto espinoso entre socios de gobierno: incluir la penalización de la prostitución en la nueva ley. ¿Por qué sólo generó conflicto entre socios? El considerar la prostitución como abuso sexual no generó acuerdo, pues el propio término "abuso sexual" está en revisión constante, ya no significa lo mismo ahora que algunos años atrás; tomando como base un concepto variable, opinable, para proponer leyes, entramos en un debate sin base sólida, y consecuentemente es difícil concluir nada. En realidad la consideración de la prostitución como abuso era una nueva revisión del concepto pero no se trató así. Hubiera habido un debate interesante sobre si la prostitución incluso consentida también es abuso sexual como proponian las feministas socialistas pero no hubo tal debate, hubo desacuerdo cerrado.
Otro ejemplo espinoso fue el de las llamadas objecciones técnicas jurídicas, tales objecciones nada más y nada menos eran avisar de que la nueva ley violaria la presunción de inocencia al no necesitar el acusador de un delito presentar ninguna prueba al respecto, lo que abre la puerta de par en par a las denuncias falsas o inexactas que pueden conllevar castigos penales injustos. Un tema delicado sin duda que en vez de tratarse como merece se esquivó con acusaciones de "machismo". Encontramos de nuevo conceptos nebulosos: ¿tenemos claro que la presunción de inocencia es un derecho básico o no lo tenemos? ¿Se pretende que la protección brindada por la ley a un colectivo se sitúe por encima de los derechos básicos del resto de colectivos sí o no? Y ahí abrir un debate amable, acogiendo sensibilidades y clarificando conceptos.
Conclusión
Se ha tomado como ejemplo claro de falta de razonamiento constructivo, de diálogo real amable y abieto, de voluntad de entender y consensuar, una ley que en el momento de escribir estas línias estaba de actualidad. Pero este artículo no pretende ser una crítica a tal ley si no al procedimiento habitual que se sigue en la sociedad cuando se trata de hacer cambios de relevancia social, y se aplica a todos los casos con pocas excepciones. Ya va siendo hora d que incorporemos algo de Sócrates a nuestras argumentaciones.